María Goretti
A los once años hizo su primera comunión haciéndose, desde entonces, el firme propósito de morir antes que cometer un pecado. En la misma finca donde vivía María trabajaba Alessandro Serenelli, de veinte años de edad, quien se enamoró de María. Serenelli, a causa de lecturas impuras, se dedicó a buscar a María haciéndole propuestas que la santa rechazaba haciendo que Serenelli se sintiera despreciado.
Vivió en el seno de una familia humilde y perdió a su padre el 6 de mayo de 1900 por causa de la malaria,2 cuando ella tenía diez años. Como consecuencia de la muerte de su padre, la madre de María Goretti tuvo que trabajar dejando la casa y los hermanos menores a cargo de María quien realizaba sus obligaciones con alegría y cada semana asistía a clases de catecismo. Antes de que muriera su padre, ella siempre le preguntaba cuándo podría hacer su primera comunión y su padre le decía que cuando fuese voluntad de Dios, ya que ella siempre anhelaba hacer su primera comunión.María Goretti nació el 16 de octubre de 1890 en el pueblo de Corinaldo (Italia), en la provincia de Ancona. Hija de Luigi Goretti y Assunta Carlini, fue la tercera de siete hermanos (Tonino y Ángel nacieron antes que ella; la siguieron Alejandro, Mariano, Ersilia y Teresa).1 La precariedad económica de sus padres motivó que tuvieran que emigrar en varias ocasiones, hasta asentarse, en régimen de colonato, en las cenagosas tierras de Ferriere di Conta.
El 5 de julio de 1902, mientras la familia de María y el padre de Alessandro trabajaban cosechando vegetales, la niña se quedó en casa cosiendo ropa y cuidando de su hermanita de dos años, Teresa. Alessandro, que se había cansado de los rechazos de María, la sorprendió e intentó abusar sexualmente de ella, pero María le opuso resistencia y trató de hacerlo razonar advirtiéndole a Serenelli que lo que pretendía era pecado y que no accedería a sus pretensiones, María al ver que Alessandro no entendía explicaciones, resignada y por último le menciona que prefería siempre morir antes de ofender a Dios.
Alessandro reaccionó a estas palabras con descontrol completo, desgarrándole el vestido y apuñalándola salvajemente once veces con una lima a la que había dado forma de cuchilla; cuando Alessandro vio a la malherida María tratando de arrastrarse hacia la puerta, la apuñaló en la espalda tres veces más y huyó. María quedó entonces definitivamente herida de muerte. En ese momento, el padre de Alessandro subió a la casa y la vio tendida en el suelo. Gritó a la mamá de María, diciendo que María había muerto. Fue llevada al hospital y murió al día siguiente.
El joven fue condenado a 30 años de prisión.