La "Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana", constituye por sí misma un alegato brillante y radical en favor de las reivindicaciones femeninas y una proclama auténtica de la universalización de los derechos humanos.

martes, 18 de abril de 2017

Katherine Switzer, primera mujer que corrió un maratón





La hazaña de Katherine Switzer, primera mujer que corrió un maratón


El 19 de abril de 1967, Katherine Switzer forjó el destino de las mujeres corredoras en Estados Unidos y el resto del mundo.
Se inscribió para correr la legendaria maratón de la ciudad de Boston, Estados Unidos. Un hecho sin precedentes en una época en la que los hombres creían que las mujeres no eran capaces de correr más de una milla y media (2,4 kilómetros).
Durante la carrera, Switzer fue fotografiada como la gran curiosidad, perseguida para evitar que siguiera adelante y, finalmente, descalificada cuando cruzó la meta.
Pero la experiencia, según le contó a la BBC, la convenció de que no hay nada que no se pueda lograr en la vida.
Durante más de 40 años ha sido una de las activistas más notorias del deporte femenino.

El gran día del maratón

La mañana del maratón fue increíble. Estaba nevando con un terrible viento de frente.
Yo llevaba puesta una bonita camiseta que quería exhibir, pero estaba tan frío que no fui capaz de quitarme mi pesado suéter de entrenamiento.
Los oficiales nos acomodaron en la línea de salida, y todo el mundo se veía igual, con esos sacos calientes y anchos, así que nadie se dio cuenta que no era uno de los hombres.
Le dije a Arnie: "Tenías razón, no hay problema". Y él respondió: "Te dije que no habría problema".


La carrera

Las primeras dos millas estuvieron fantásticas. Pero la prensa me vio desde afuera, y se volvieron locos: "¡Una chica en la carrera! ¡Tiene un número!", gritaban. Y también nos tomaban fotos.
Nosotros respondimos saludando con la mano, ya que era simplemente un instante mediático.
Pero de repente, escuché detrás de mí el sonido de unos zapatos de cuero, claramente no eran zapatos para trotar. Y vi a este hombre de mirada furiosa.
Fue aterrador. Me tomó por los hombros y me empujó hacia abajo, y trató de quitarme el número del pecho.
"Sal de mi maldita carrera y entrégame esos números", dijo. Y aunque me dio mucho miedo, mi novio lo tomó y sacó de fuera de la carrera.
Image caption
En algún punto sobre la milla 21, la rabia me dejó. Uno no puede correr largo si está enfadado.
Le dije a mi entrenador: "Tengo que terminar esta carrera, así sea sobre mis manos y mis pies, porque si no la termino nadie creerá que las mujeres pueden hacer esto, que las mujeres deben estar aquí".
Cuando la terminé, sentí que tenía un plan de vida, una meta, un propósito para cumplir. Me sentí plena también porque corrí mi primera maratón bajo las circunstancias más difíciles, y después de eso nada más sería tan duro.
Organizamos más de 400 carreras en 27 países, y usamos las estadísticas de esos eventos para hacer lobby ante el Comité Olímpico Internacional, hasta que logramos incluir a la competencia el maratón femenino, en 1984.
Sabemos que si logramos empoderar a las mujeres podemos hacer cualquier cosa.