La "Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana", constituye por sí misma un alegato brillante y radical en favor de las reivindicaciones femeninas y una proclama auténtica de la universalización de los derechos humanos.

miércoles, 15 de octubre de 2014

MARIA DOLORES RIVERO HERNANDEZ " LOLITA PLUMA "


MARIA DOLORES RIVERO HERNANDEZ 
 " LOLITA  PLUMA "





Nació en 1904,  María Dolores Rivero Hernández más conocida como Lolita Pluma.
En el Parque de Santa Catalina fue una auténtica figura, que concentraba todas las miradas y provocaba todos los comentarios. Su imagen dio la vuelta al viejo continente en los álbumes domésticos de mucho hogares de Estocolmo, Gotemburgo, Oslo, Londres, Amsterdam y otros mucho lugares, habrá más de una fotografía con la imagen de Lolita, en la que aparece su rostro lujuriosamente pintado, su pelo sujeto con cintas de colorines y los perros y gatos que la acompañaban permanentemente.






 Lolita Pluma ejerció su reinado en el Parque Santa Catalina, el corazón del Puerto en Las Palmas de Gran Canaria, sobre todo en un momento de gran cambio social y económico de nuestra ciudad, cuando aquel recinto se convirtió en centro de reunión y esparcimiento del turismo nórdico que comenzó a visitar Las Palmas de Gran Canaria a finales de los años cincuenta.

 Era una enamorada de los gatos; alimentaba a todos los que se encontraba. Lolita nació accidentalmente en La Isleta, un 4 de marzo de 1904, aunque su familia procedía de Arucas. Conoció el parque Santa Catalina de niña por medio de su abuela que la llevaba allí cuando bajaba a la capital grancanaria. El apodo de pluma le viene de herencia.
 
 
 Ya se lo llamaban a su abuelo y a su padre porque eran de los pocos que sabían escribir a plumas en aquel entonces. Se casó, se separó y se vino al parque Santa Catalina, donde se dedicó a vender flores de papel, chicles y luego sus fotografías
.



 
Esta anciana que ataviada con los más estruendosos ropajes, exageradamente maquillada y siempre acompañada por algún gato de la zona, recorría diariamente parajes tan comunes de la ciudad como el paseo de la playa de Las Canteras o el parque, se convirtió por mérito propio, en fuente de rumores, cuchicheos, risas y leyendas. Nunca pasó inadvertida. Para los que éramos niños simbolizaba el miedo a lo extraño. Recuerdo que de pequeña cuando la veía, al principio me daba miedo y me escondía tras mis padres, y con el tiempo, la miraba con cariño y comprensión.
 
 
 
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Teresa de Cepeda y Ahumada


Teresa de Cepeda y Ahumada





También llamada Santa Teresa de Jesús, Virgen y Doctora de la Iglesia. Reformadora del Carmelo, Madre de las Carmelitas Descalzas y de los Carmelitas Descalzos; "mater spiritualium" (título debajo de su estatua en la basílica vaticana); patrona de los escritores católicos y Doctora de la Iglesia (1970): La primera mujer, que junto a [Santa Catalina de Siena] recibe este título.
 
Video Teresa de Jesús y Cepeda

"Nada te turbe, nada te espante.
Todo se pasa. Dios no se muda.
La paciencia todo lo alcanza.
Quien a Dios tiene, nada le falta.
Sólo Dios basta."





 
 
 
Nacida en Ávila el año 1515, Teresa de Cepeda y Ahumada emprendió a los cuarenta años la tarea de reformar la orden carmelitana según su regla primitiva, guiada por Dios por medio de coloquios místicos, y con la ayuda de San Juan de la Cruz (quien a su vez reformó la rama masculina de su Orden, separando a los Carmelitas descalzos de los calzados). Se trató de una misión casi inverosímil para una mujer de salud delicada como la suya: desde el monasterio de San José, fuera de las murallas de Avila, primer convento del Carmelo reformado por ella, partió, con la carga de los tesoros de su Castillo interior, en todas las direcciones de España y llevó a cabo numerosas fundaciones, suscitando también muchos resentimientos, hasta el punto que temporáneamente se le quitó el permiso de trazar otras reformas y de fundar nuevas cases.


Maestra de místicos y directora de conciencias, tuvo contactos epistolares hasta con el rey Felipe II de España y con los personajes más ilustres de su tiempo; pero como mujer práctica se ocupaba de las cosas mínimas del monasterio y nunca descuidaba la parte económica, porque, como ella misma decía: “Teresa, sin la gracia de Dios, es una pobre mujer; con la gracia de Dios, una fuerza; con la gracia de Dios y mucho dinero, una potencia”. Por petición del confesor, Teresa escribió la historia de su vida, un libro de confesiones entre los más sinceros e impresionantes.


 
 
video  " vivo sin vivir en mi"
 

En la introducción hace esta observación: “Yo hubiera querido que, así como me han ordenado escribir mi modo de oración y las gracias que me ha concedido el Señor, me hubieran permitido



también narrar detalladamente y con claridad mis grandes pecados. Es la historia de un alma que lucha apasionadamente por subir, sin lograrlo, al principio”. Por esto, desde el punto de vista humano, Teresa es una figura cercana, que se presenta como criatura de carne y hueso, todo lo contrario de la representación idealista y angélica de Bernini.

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Desde la niñez había manifestado un temperamento exuberante (a los siete años se escapó de casa para buscar el martirio en Africa), y una contrastante tendencia a la vida mística y a la actividad práctica, organizativa. Dos veces se enfermó gravemente. Durante la enfermedad comenzó a vivir algunas experiencias místicas que transformaron profundamente su vida interior, dándole la percepción de la presencia de Dios y la experiencia de fenómenos místicos que ella describió más tarde en sus libros: “El camino de la perfección”, “Pensamientos sobre el amor de Dios” y “El castillo interior”.



Murió en Alba de Tormes en la noche del 14 de octubre de 1582, y en 1622 fue proclamada santa. El 27 de septiembre de 1970 Pablo VI la proclamó doctora de la Iglesia.
Venerada en la Iglesia Católica Romana, la Iglesia Luterana y en la Comunión Anglicana

   
 
 
 Vivo sin vivir en mí


  Vivo sin vivir en mí,
y de tal manera espero,*
que muero porque no muero.

  Vivo ya fuera de mí
después que muero de amor;          
porque vivo en el Señor,
que me quiso para sí;
cuando el corazón le di
puse en él este letrero:
que muero porque no muero.         

  Esta divina prisión
del amor con que yo vivo
ha hecho a Dios mi cautivo,
y libre mi corazón;
y causa en mí tal pasión            
ver a Dios mi prisionero,
que muero porque no muero.

  ¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros,
esta cárcel, estos hierros          
en que el alma está metida!
Sólo esperar la salida
me causa dolor tan fiero,
que muero porque no muero.          

  ¡Ay, qué vida tan amarga        
do no se goza el Señor!
Porque si es dulce el amor,
no lo es la esperanza larga.
Quíteme Dios esta carga,
más pesada que el acero,            
que muero porque no muero.

  Sólo con la confianza
vivo de que he de morir,
porque muriendo, el vivir
me asegura mi esperanza.            
Muerte do el vivir se alcanza,
no te tardes, que te espero,
que muero porque no muero.

  Mira que el amor es fuerte,
vida, no me seas molesta;           
mira que sólo te resta,
para ganarte, perderte.
Venga ya la dulce muerte,
el morir venga ligero,
que muero porque no muero.         

  Aquella vida de arriba
es la vida verdadera;
hasta que esta vida muera,
no se goza estando viva.
Muerte, no me seas esquiva;         
viva muriendo primero,
que muero porque no muero.

  Vida, ¿qué puedo yo darle
a mi Dios, que vive en mí,
si no es el perderte a ti           
para mejor a Él gozarle?
Quiero muriendo alcanzarle,
pues tanto a mi Amado quiero,
que muero porque no muero.
 
 
 
 

 
 

domingo, 12 de octubre de 2014

LA PEREJILA


Dª. Agustina González y Romero, "La Perejila"


Nacida en Las Palmas de Gran Canaria en 1820, se la conoce con el sobrenombre de «La Perejila», su pseudónimo. Fue integrante del notable grupo de poetas satíricos que escribió en esta ciudad a fines del siglo XIX y en el primer tercio del XX. 


 Su poesía satírica era agresiva y burlesca, aunque no toda su producción literaria pertenece a este género. Ocurrente y de vocabulario desvergonzado -al menos para su época-, fue un personaje popular en la Vegueta de aquellos tiempos, y sus improvisaciones se han incorporado a la cultura popular canaria, tal vez por eso mismo. Baste como ejemplo la cuarteta dedicada a la colocación de los perros que guardan la Plaza de Santa Ana en su ciudad natal:

 




"¡Vaya, vaya! ¡Vaya, vaya!
El mundo se va a acabar
¿Dónde se han visto ocho perros
cuidando la Catedral?"
 
 
 
 
 
Falleció en 1897.


 
 
 
 
 
 
 
 
 

 

jueves, 9 de octubre de 2014

Maria la profetisa ( Alquimista Egipcia ) o Maria LA JUDIA



Maria la profetisa ( Alquimista Egipcia ) o Maria la Judia.



La invención del baño María se atribuye a la alquimista egipcia María de Alejandría (siglo III), la primera alquimista conocida.


Maria la profetisa ( Alquimista Egipcia )


El baño María o baño de María (en latín balneum Mariae) es un método empleado en las industrias (farmacéutica, cosmética, de alimentos y conservas), en laboratorio de química y en la cocina, para conferir temperatura uniforme a una sustancia líquida o sólida o para calentarla lentamente, sumergiendo el recipiente que la contiene en otro mayor con agua u otro líquido que se lleva a o está en ebullición.
El concepto de baño María implica el calentamiento indirecto de la sustancia por convección térmica desde el medio líquido (agua, frecuentemente).
Para calentar al baño María hay que introducir un recipiente pequeño en el que se deposita la sustancia dentro de otro más grande que contiene un líquido y calentar este ´por su base. De este modo, se calienta en primer lugar el líquido contenido en el recipiente de mayor tamaño y esté va calentando gradualmente el contenido del recipiente menor, de un modo suave y constante. Es indispensable que en todo tiempo el recipiente interior (más pequeño) esté en contacto con el líquido para que se produzca la transmisión de calor.
 
Utilizando diferentes líquidos (aceites, soluciones salinas, etcétera) en el recipiente grande se obtienen diferentes temperaturas de trabajo. Cuando se usa agua, la máxima temperatura del producto del recipiente superior no excederá los 100°C (punto de ebullición del agua a la presión de 1 atm).
 
A esta Alquimista desconocida se le atribuyen varias invenciones entre ellas la del  bote de cristal con cierre.
 

María la Judía, en latín María Hebrea, se cree que vivió en Alejandría (Egipto) entre los siglos I y III de nuestra era. Es una de las pocas mujeres que sobresale entre los grandes sabios de la antigüedad por ser una destacada alquimista.


Sus  extraordinarios conocimientos sobre la estructura, propiedades y transformaciones de la materia no eran habituales para una mujer de su época. A pesar de que consta que existieron otra mujeres practicantes de este sagrado arte, ella es llamada "la maestra" y actualmente es reconocida la importancia de sus aportaciones a la ciencia química moderna.



Con el seudónimo de Miriam la Profetisa, María escribió importantísimos tratados alquímicos la mayoría de los cuales se quemaron en el segundo incendio de la Biblioteca de Alejandría. Muchos de sus escritos se conservan en extracto citados en las obras de autores masculinos, por ello conocemos María la Judía es la autora de un manual con una pormenorizada descripción de todo el instrumental usado en los laboratorios egipcios de quienes practicaban el arte khemeia.



La fuente más rica sobre el trabajo de esta sabia de la antigüedad se encuentra en las obras del escritor y alquimista griego Zósimo Panópolis (siglos III-IV). En una de sus obras encontramos la siguiente referencia a las teorías de María: "Ella enseñó que el hombre se forma mediante la fusión de la oscura sangre de la menstruación con el esperma blanco, con lo cual surge un verdadero feto que lleva diez mil nombres, como: germen, óvulo, homúnculo, recién nacido y otros".



A nosotros han llegado pocos fragmentos de su obra más citada, María práctica, y solamente un manuscrito completo titulado Discursos de la sapientísima María sobre la piedra filosofal que se guarda en la Biblioteca Nacional Francesa.


Uno de sus inventos es mundialmente conocido por su utilización en la cocina, el famoso balneum María o Baño María. Se trata de una especie de doble caldera, un procedimiento de calentamiento prolongado, un método para aplicar calor a los cuerpos de manera suave y uniforme sin que llegue a la ebullición.



Entre los diferentes aparatos destinados al arte culinario que María inventó, se encuentran el tribikos, una especie de alambique hecho de cobre utilizado para destilar líquidos; y el kerotakis, u horno de María, un condensador de vapores, una especie de estufa para obtener aceites vegetales y colorear metales con vapores de mercurio y azufre.



Sus descubrimientos también han encontrado utilidad en el arte, ya que ella realizó un preparado de sulfuro de plomo y cobre muy utilizado en la actualidad como pigmento negro y que es conocido en pintura como "negro María".



Algunas fuentes destacan el hecho de que María la Judía podría haber sido la descubridora del ácido clorhídrico, un secreto teóricamente transmitido desde los tiempos en que Moisés destruyó el becerro dorado.